El mayor retirado de la Policía, Luis Felipe Montilla Barbosa, se entregó a la Fiscalía General de la Nación, el pasado lunes 11 de marzo, en horas de la noche, ante la medida de aseguramiento que pesaba en su contra, por su presunta vinculación con la muerte de Luis Carlos Galán.
El exoficial deberá responder por el supuesto delito de coautoría en el asesinato del líder liberal, ocurrida el 18 de agosto de 1989, en la plaza principal de Soacha, Cundinamarca, cuando Montilla Barbosa se desempeñaba como comandante de la Policía del municipio.
Según lo confirmó la Fiscalía, el excomandante era el encargado directo de la seguridad del exlíder liberal, durante un mitin electoral en el que el entonces candidato a la presidencia resultó herido de muerte por los impactos de bala que recibió.
En esos mismos hechos, murió el concejal de Soacha Julio Cesar Peñalosa Sánchez, quien se encontraba a lado de Galán, además de los dos escoltas de inmolado caudillo, Santiago Cuervo Jiménez y Pedro Nel Bonilla.
La entrega voluntaria del mayor en retiro fue posterior a la captura del coronel también en retiro, Manuel Antonio Gonzáles, otro implicado por su presunta complicidad en el magnicidio del político liberal.
Con Montilla Barbosa serían cuatro los altos funcionarios que han sido vinculados con el proceso, declarado como un crimen de lesa humanidad, por lo que su investigación sigue vigente casi 24 años después, y cuya prescripción, dada esa condición, no procederá hasta tanto no se encuentren, capturen, judicialicen y condenen, a todos los implicados en el hecho.
Entre ellos se encuentra el general Miguel Maza Márquez, exdirector del DAS, quien es investigado aún, y el exministro Alberto Santofimio Botero, quien ya fue condenado a 24 años de prisión, acusado de ser el autor intelectual de la muerte de Galán.
