Este fin de semana el director de cine caleño Luis Ospina estrena su nuevo documental ‘Todo comenzó con el fin’ en su ciudad de origen, producción que se inspiró en la capital vallecaucana de los años 70’ y 80’ y el Grupo de Cali, más conocido como Caliwood.
El conjunto era conformado por el escritor Andrés Caicedo y los directores Carlos Mayolo y Luis Ospina, quienes lograron producir obras cinematográficas que son hitos de la historia del cine colombiano. A su vez, el documental recopila la historia clínica de Ospina, a quien le diagnosticaron cáncer durante la producción.
La película tuvo su estreno mundial en el 40 Festival Internacional de Cine de Toronto, siendo el único largometraje colombiano del evento. Recientemente fue exhibida en el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), lo que le valió el reconocimiento a mejor director competencia en la categoría de Cine Colombiano.
90 Minutos se contactó con el artista para hablar brevemente sobre ‘Todo comenzó por el fin’ y el sentimiento de nostalgia que produce esa Cali vieja.
Dado que ‘Todo comenzó por el fin’ es el relato de un sobreviviente, ¿qué significa e implica ser sobreviviente de Caliwood?
Además de hablar de Carlos Mayolo y Andrés Caicedo, el filme es un autorretrato, desde que tengo 3 años hasta los 65 que tengo en estos momentos, pero en ella sobresale mi actividad artística y la de mis amigos. De ellos solo quedo yo, entonces podría decirse que sí, soy un sobreviviente de Caliwood. Y significa llevar el recuerdo de una época agitada, acelerada, de mucho trabajo artístico y, más aún, plasmarla en mi última película.
Y hablando de recuerdos, ¿qué sucede de esa Cali que hablas en el documental en la Cali de hoy?
Precisamente hay en la película una parte de la película que se llama ‘No podemos regresar a casa’, pues todos los sitios que existían para nosotros, los de Caliwood, ya no existen. La ciudad se ha vuelto algo cerrado como si fuera un inquilinato, mi casa que era el centro del cineclub y la revista Ojo al Cine es un parqueadero, no existe el Café de los Turcos donde estaba la casa en la que se asesinó a… En fin. Una Cali que ha cambiado muchísimo, una ciudad que se transformó desde los Juegos Panamericanos.
Es decir que hay un sentimiento de nostalgia…
Algo de nostalgia, algo de rabia… Y extrañeza, porque es doloroso no reconocerse a sí mismo en su propia ciudad, como estar viviendo en otro sitio. La avenida sexta, los barrios en los que yo crecí, el Centenario, Versalles, San Antonio… están muy cambiados. Inclusive, hay nuevos sectores como Aguablanca, que yo no conocía. Es otra ciudad, otros tiempos…
¿No cree que los caleños, al ver tu último trabajo, se sentirán identificados con este sentimiento tuyo?
Yo creo sí. Sobre todo los caleños que experimentaron esos cambios, la gente de mi generación y de las anteriores. Aunque también es cierto que los jóvenes caleños sienten nostalgia por algo que no alcanzaron a vivir, acaso al ver sus padres que sí tuvieron esa oportunidad de experimentar una Cali acelerada.
¿Presume que este filme cierra un capítulo de tu vida?
Sí, sobretodo de mi vida artística, que ya lleva 45 años activa. ‘Todo comenzó por el fin’ es el último y verdadero testimonio de Caliwood, de una generación a la que yo pertenecí, pero que ya había tocado en otras de mis películas similares como ‘Adiós a Cali’, ‘Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos’, ‘Cali, ayer, hoy y mañana’.
